Los científicos sospechaban de su existencia desde hace
más de 200 años. Se habían hallado fósiles de misteriosas carcasas tan largas
como un bate de béisbol. Recién ahora fue hallado un espécimen con vida en
Filipinas.
Parece un gusano, pero es en realidad un molusco
bivalvo tubular, el más largo del planeta.
Vive enterrado de forma vertical en el lodo cubierto de
carbonato de calcio generada por él mismo. Mide 1,55 metros y su nombre
científico es Kuphus polythalamia.
Para crecer debe abrir el tubo calcáreo, extenderse en el
lodo y luego volver a sellarlo. Los apéndices rosados al final de su cuerpo le
permiten absorber y expeler agua.
¿Pero cómo se alimenta si siempre está dentro de su
cobertura dura?
Depende de las bacterias de sus branquias que usan sulfuro de
hidrógeno como fuente de energía. Esa energía es usada para transformar el dióxido
de carbono en los nutrientes que el molusco necesita.
Fuente: BBC
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