Se abrevia desde siempre, desde los primeros tiempos de la
escritura. Y se abreviaba por lo mismo por lo que se hace hoy: para
ahorrar tiempo y espacio, para conseguir escribir más rápidamente y en el menor
espacio posible.
Tan antigua y arraigada es la práctica de reducir palabras
al escribirlas que hasta existe una ciencia, la braquigrafía, que se ocupa
de estudiar las abreviaturas y las representaciones reducidas de palabras.
La braquigrafía constituye a su vez una parte fundamental de
la paleografía, el saber que analiza la escritura de los documentos antiguos.
Desde los romanos
Ya en la época de los romanos, en el siglo II a. C. (abreviatura
por cierto de "Antes de Cristo"), se utilizaban las abreviaturas. De
hecho, había tantas y tan variadas que se dictaron numerosas normativas para
tratar de limitarlas, sin embargo, no tuvieron éxito.
Había algunas abreviaturas características y consolidadas,
pero también cada escribano tenía sus propias abreviaturas.
Tipos de abreviaturas
Una de las abreviaturas más utilizadas que todavía hoy se
emplea, era la de sustituir una palabra por sus siglas o por la letra por
la que empieza. Cesar se escribía con una simple C, a. m. era la abreviatura
de "ante meridiem", antes del mediodía, o S.P.Q.R., acrónimo de Senatus Populusque Romanus, el
senado y pueblo de Roma, una abreviatura que aparecía en las monedas, los
documentos públicos, en el blasón de las legiones romanas y en inscripciones en
monumentos públicos.
Otra forma histórica de abreviar era suprimiendo
algunas letras al final de la palabra, por ejemplo Etc., abreviatura de
"et cetera", que en latín significa "y lo demás". También
está "id.", reducción de ídem (lo mismo). Y vs., abreviatura de
"versus" (contra).
La supresión de algunas o todas las letras centrales y
dejando sólo las más representativas es desde hace siglos otro de los sistemas
más comunes de abreviar. Departamento se escribe de manera abreviada como dpto.
o depto.
Pero, aunque en general las abreviaturas se empleaban para
ahorrar tiempo y espacio, no siempre era así.
Hay manuscritos en los que, junto a formas abreviadas,
conviven grafías ornamentales que suponen un considerable derroche de tiempo y
de medios.
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