Singapur encabeza los rankings internacionales de calidad educativa.
Pero la siguiente etapa para optimizar su sistema va más allá. Quiere
enfocarse en la actitud positiva de sus alumnos y en su capacidad para adaptarse
a situaciones adversas.
En las últimas cinco décadas Singapur ha desarrollado uno de los
mejores sistemas educativos del mundo. El camino al éxito se centró en las
credenciales académicas, basadas en la meritocracia y el acceso igualitario.
Pero el objetivo que fue el punto de partida en 1965, no es el mismo
que existe en 2017.
Diagnóstico
HOY Las escuelas se han vuelto muy competitivas. Las familias
privilegiadas tienen más posibilidades de apoyar a sus hijos con clases
extracurriculares en matemáticas, inglés, baile y música.
Quienes no pueden hacerlo, dependen de la motivación de sus niños y de los
recursos de la escuela. Entonces, la idea es tratar de modificar cualquier
elemento en el sistema que obstruya la cohesión social.
Pequeños, grandes cambios
Las políticas gubernamentales se están alejando de la obsesión, poco
saludable, de padres y alumnos por obtener buenas notas y se están
enfocando en la importancia de los valores.
"Diarios de reflexión" y "Anotaciones acerca del
carácter" se han convertido en los recursos educativos de muchas escuelas
primarias, para que los padres puedan entender el progreso personal y social de
sus hijos.
Este nuevo modelo promueve una cultura de solidaridad y confianza en la
escuela. Estimula el desarrollo de emociones positivas, la resiliencia, el
estado de conciencia plena y un estilo de vida saludable.
En la secundaria se promueve el programa "valores en acción",
que tiene como objetivo promover la empatía, la responsabilidad social y
la participación ciudadana en la comunidad. Los estudiantes trabajan en
proyectos que ayuden a ancianos, inmigrantes y niños.
Se está tratando de distribuir los recursos de forma equitativa en
todas las escuelas y de rotar a los directores, de manera que los más
experimentados ayuden a las escuelas rezagadas.
A las escuelas con mejor reputación se les ha instado a no
"exhibir" sus logros académicos, tampoco a sus alumnos más exitosos.
Se puso en práctica una iniciativa llamada Habilidades Futuras, que le
otorga a todos los singapurenses de más de 25 años 350 dólares para seguir
capacitándose y desarrollar sus intereses.
En las escuelas hay asesores que orientan a los estudiantes y los
ayudan a descubrir sus habilidades y fortalezas. Tienen experiencia en
diferentes áreas laborales, por lo que también exploran opciones profesionales
para el futuro de los alumnos.
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